La futura Ley de vivienda que se ha acordado la semana pasada entre los distintos partidos que conforman o apoyan a la coalición gobernante tiene como manifiesto objetivo el posibilitar que haya alquileres asequibles en zonas (sobre todo en las grandes ciudades) donde hoy en día en casi imposible alquilar un piso para la gran mayoría de los ciudadanos, pero, y a través de las medidas que se quieren adoptar, se va a conseguir justo el efecto contrario: escasez y aumento de precios.

La Ley busca instaurar una limitación del aumento de los alquileres de viviendas siempre por debajo del IPC y la creación de un índice de precios máximos en zonas “tensionadas”, lo cual, a largo plazo, provocará inevitablemente que, como ocurrió con la denostada Ley de vivienda que posibilitó la renta antigua, las rentas de los arrendadores se erosionen en términos reales hasta un punto en que, o bien ya no sea rentable alquilar y se retiren inmuebles del mercado para destinarlos a la venta o bien, como también ocurrió anteriormente, los propietarios no inviertan nada en esos inmuebles, lo que conllevará su progresivo deterioro, poniendo, además, en peligro la viabilidad de todos los proyectos de inversión y de alquiler presentes y futuros que se vayan a llevar a cabo en nuestro país, esto es, atacando a la oferta de viviendas en alquiler.
 
De todo ello y de sus consecuencias, nos habla más en detalle nuestro compañero David Álvarez en este artículo que publica Expansión.
 

Real Estate, Fiscal, Civil