22
mar-2021
Mucho se ha hablado en los medios del “oasis” fiscal madrileño y de que sus bajos impuestos provocan que contribuyentes de Comunidades Autónomas aledañas con altas rentas y patrimonios desplacen su domicilio allí, erosionando en teoría las bases imponibles de las Comunidades Autónomas de origen que tienen Impuestos mucho más altos.
En base a ello, desde el gobierno y desde esas Comunidades Autónomas que se sienten perjudicadas existe una clara voluntad de realizar una mal llamada “armonización fiscal” a fin de que se establezca un mínimo en los Impuestos cedidos más significativos (Impuesto sobre el Patrimonio e Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones) excluyendo de dicha “armonización” a los Territorios Forales. Pero, ¿hasta qué punto es cierto que el tratamiento que se da en Madrid en el ISD y el IP son una excepción en España?
A la hora de responder a esta cuestión, es pertinente establecer una comparativa entre los beneficios fiscales y tributación efectiva que se aplican en el País Vasco al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y en el Impuesto sobre el Patrimonio en comparación con Madrid y, respecto a este último, también con respecto a la Comunidad Valenciana, la cual ha subido ambos Impuestos desde el 1 de enero de 2021, y se ha convertido en la Comunidad Autónoma que los tiene más elevados. Sobre todo ello, nos habla nuestro compañero David Álvarez en este artículo que publica Expansión.