Las dos comunidades israelitas de Portugal con competencia para emitir certificados sefardíes legalmente válidos para el proceso de nacionalidad, exigen presentar, junto a las pruebas que acrediten el efectivo origen judeo- portugués o español, un árbol genealógico familiar que alcance al menos hasta 3 generaciones del solicitante. Mientras la Comunidad Israelita de Oporto tiene un modelo de árbol de costado que se extiende por ramas paternas y maternas, la Comunidad de Lisboa exige presentar un árbol propio en modelo descendente directo que puede llegar hasta 16 generaciones o mas desde el solicitante. Los datos que deben acompañar a cada generación en el árbol, también varían. Oporto solicita aportar con la mayor precisión posible las fechas y lugares de nacimiento, así como fechas de matrimonio y muerte de cada antepasado, y Lisboa por su parte, amplia la exigencia de aportar también lugares de matrimonio y defunción de cada miembro de cada generación en la línea.

La importancia de este documento radica en el hecho de que, por Ley, los certificados de origen sefardita emitidos por las Comunidades Israelitas deben incorporar forzosamente el árbol genealógico de cada solicitante, por lo que es obligatoria la incorporación de este documento a la solicitud de nacionalidad que se presenta ante el Ministerio de Justicia portugués.

Muchos de nuestros clientes nos plantean habitualmente la siguiente pregunta. ¿Puedo realizar y presentar mi propio árbol genealógico, o este trabajo debe realizarlo necesariamente un genealogista acreditado? La respuesta debes ser afirmativa a la primera pregunta, ya que con paciencia y la suficiente información, sería posible realizar nuestro propio árbol genealógico, y este documento puede ser perfectamente válido para el proceso de nacionalidad si se acompaña de la documentación que de soporte a cada generación. Esta documentación que justifica la existencia “real” de cada antepasado, puede estar basada en fuentes primarias o secundarias. Las denominadas fuentes primarias se componen sobre todo de documentos oficiales como partidas de bautismo o nacimiento, certificados de matrimonio y defunción o testamentos etc.….

Un problema habitual cuando se viaja demasiado atrás en el tiempo en búsqueda de datos, es la falta de documentos o información directa. Hay que tener en cuenta que la mayoría de registros civiles datan de finales del S XVIII y para buscar información anterior a los mismos, solo cabe recurrir a archivos eclesiales (normalmente diocesanos o parroquiales). Muchos de estos archivos se encuentran recopilados por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, (también conocidos como Mormones). Esta base de datos, llamada FamilySearch fue fundada originalmente en 1894 como la Sociedad genealógica de Utah y constituye hoy en día la mayor fuente de datos genealógicos del mundo, con cientos de miles de archivos digitalizados. Por último, cuando no haya posibilidad de localizar para nuestro árbol documentación primaria, también es posible adjuntar documentos procedentes de fuentes secundarias tales como bibliografía científica, libros de texto, tratados históricos o apuntes de genealogía, siempre que hayan sido realizados de forma científica y rigurosa y hayan encontrado publicación. Evidentemente, cuanto mayor sea nuestro árbol y mas generaciones contenga, mas difícil será la tarea de completar los datos.

Para finalizar podemos afirmar que, aun siendo cierto que en la mayoría de los casos la complejidad del trabajo hará necesario recurrir a un profesional de la genealogía para la elaboración de nuestro árbol familiar,  en algunos casos concretos será posible realizarlo nosotros mismos. Y el mejor ejemplo de ello, es que nuestra firma ha presentado numerosos expedientes exitosos con árboles realizados por nuestros propios clientes.

Por su interés en este tema, reproducimos también a continuación el artículo publicado por D. Edgar Andrés Sarmiento, Miembro de número de la Academia Colombiana de Genealogía en el Blog de dicha Academia.

Alejandro de Vicente de Rojas. Abogado
Larrauri & Martí Abogados