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ene-2025
La inteligencia artificial (IA) plantea un reto único para el derecho laboral, que históricamente ha evolucionado para proteger a los trabajadores frente a los desafíos de las distintas etapas económicas. Este avance tecnológico automatiza tareas repetitivas, realiza complejos cálculos y procesa enormes volúmenes de datos con una eficiencia inigualable, generando importantes oportunidades, pero también serias amenazas para el empleo y las condiciones laborales.
A diferencia de otras transformaciones industriales, la IA no solo sustituye la fuerza física, como ocurrió con los caballos tras la aparición del automóvil, sino también funciones cognitivas humanas. Esto puede intensificar el desempleo estructural, la precarización y la desigualdad, pues los algoritmos no necesitan descansos, vacaciones ni protección legal, poniendo en cuestión el papel del ser humano en el sistema laboral.
No obstante, las personas poseen habilidades únicas como la creatividad, la empatía y el juicio ético, cualidades que la IA no puede replicar. Por ello, el derecho laboral tiene un papel crucial en garantizar que la tecnología complemente, y no desplace, el talento humano. Es fundamental que la IA se utilice para mejorar las condiciones de trabajo y promover el progreso social, asegurando que se protejan la dignidad y los derechos de los trabajadores en esta nueva era digital.
Todo ello nos lo cuenta nuestra compañera Beatriz Gutiérrez en este interesantísimo artículo que publica para Expansión.