En los tiempos actuales, en los cuales el gobierno ha acometido (y busca acometer) unas subidas de impuestos generalizadas a fin aumentar la recaudación y contener el desbocado déficit público, hay un campo en el que no se ha explotado en absoluto su potencial recaudatorio como las rentas en especie que perciben nuestros políticos y cuya tributación a efectos de IRPF o bien no existe o, en cambio, es muy inferior a la que correspondería a cualquier otro contribuyente.
 
Así, nuestros políticos tienen dietas exentas de manutención y alojamiento que están exentas de IRPF (y que no tienen que justificar), tarjetas taxi o coches oficiales que cubren su necesidad de transporte y que está a su disposición sin que tengan que tributar nada, y otra retahíla de otras entregas de bienes o prestaciones de servicios gratuitas que reciben (vivienda, ipads, iphones, etc..) por las cuales tampoco tienen que tributar al contrario que el resto de contribuyentes. Por tanto, sería bien recibido por la ciudadanía que se acabaran con estos privilegios y que todos ellos tributaran lo que les corresponde.
 
De todo ello, nos habla más en detalle nuestro compañero David Álvarez en este artículo que publica Expansión.

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